Cuando una niña ve acercarse el día de su comunión, ese momento en que vestida de blanco y con adornos en la cabeza se convertirá en el centro de todas las miradas, sus ensoñaciones comienzan a tener vida propia.
Y por eso, sus padres y familiares sólo desean que sus anhelos se vean cubiertos. Nuestro afán radica en ello, en dar vida a esos sueños, cuidando cada detalle con mimo y celo.
Nosotros, como ellos, como sus padres nos afanamos en que ese día salga todo perfecto.
Por eso, para Alba hicimos una mesa dulce para seis niños, centrada en el universo de la escritora infantil Beatrix Potter, que es su favorita. Los conejitos y los tonos pastel, eran los protagonistas. Los colores elegidos para dotar de matices la mesa, eran los preferidos de la niña, concretamente el lila, fucsia y el blanco que además de en los diferentes elementos de la decoración, se podían apreciar en la tarta de chuches, las brochetas, los dulces, cupcakes, cakepop y las galletas.
Además dada la pasión por la danza de la comunianta, un tutú protagonizaba una de las esquinas de la mesa. Los peluches, que la apasionan también estaban reflejados mediante unas brochetas con forma de ositos, pero estos sólo es una pequeña parte de lo que se podía encontrar en la mesa dulce, porque estaba llena de detalles como por ejemplo unas galletas personalizadas con el mismo dibujo que nuestra diseñadora creó para el libro de firmas.
El libro de firmas se le realizó de manera personalizada y única porque como la niña especial que es, necesitaba tener un libro propio, por eso en las primeras hojas se contaba una pequeña historia sobre su vida y posteriormente se habilitaron unas hojas decoradas con mimo para recoger las dedicatorias y firmas de todos los invitados.
Todo lo necesario para completar un día único e inolvidable.
